Resulta hasta bochornoso que, a estas alturas, un régimen que se antojaba diferente por haber emanado del peor autoritarismo en la historia reciente de Quintana Roo, sucumba ante las mismas estrategias, con los mismos medios sicarios y con recursos públicos destinados a intereses personales y partidistas.
A diferencia del régimen de Roberto Borge que utilizaba al Sistema de Comunicación Social como arma diseñada para causar estrepitosos daños morales, y como caja chica del PRI; esta administración la usa de manera idéntica, pero para el PAN.
Diversos autores han sostenido que después de la segunda guerra mundial y de los daños que ocasionara el régimen Nazi al pueblo judío, estos comenzaron a ejercer esas mismas prácticas en contra de los palestinos, hasta el sol de hoy. Se convirtieron en rentistas del holocausto, pero con la imagen de víctimas.
Ese mismo efecto es el que percibe a través del Sistema de Comunicación Social del Estado de Quintana Roo, que además de reproducir y alentar noticias falsas en contra de la contendiente mejor posicionada en el Estado como lo es Mara Lezama, ahora hacen uso de “Bases de Datos”, herramientas ilegales por que el objeto materia de comercio son “Datos Personales”, con la intención de comenzar con encuestas telefónicas focalizadas principalmente en Cancún.
Lo interesante es, además de saber porque el gobierno estatal utilizó recursos públicos a través del Sistema Quintanarroense de Comunicación Social para golpear a Mara Lezama; es el conocer de dónde salió el dinero con el que pagan las encuestas del candidato del gobernador, ya que resultar también recursos públicos entregados mediante convenios del Sistema.
Las segundas partes nunca han sido buenas, y creo que estamos en una repetición perfecta del Borgismo con un vocero-delfín que sigue los pasos de Rangel Rosado pero que no será vetado como el entonces delfín de Borge, simplemente porque la caballada está famélica y no van a invitar al PRD.
No cabe duda que este tema pinta para ser un buen caso de estudio por la FEPADE y por la UIF, para determinar si las arcas del Estado de Quintana Roo, están sirviendo de fuente para comprar la imagen del nuevo delfín al más puro estilo Borge.