Cancún. – El ingenio mexicano rompe con los límites y es que el trabajo realizado por Alejandro Ruiz Mandujano no solo llegó al cielo, sino que alcanzó el espacio. El experto en espectrómetros de masa, instrumentos utilizados para detectar fugas y filtraciones a niveles microscópicos, colaboró para garantizar la seguridad en trajes espaciales de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), apoyó en el diseño de mangueras de vehículos TESLA y hasta en una misión aeroespacial que será llevada a cabo en 2025.
Acercamiento con las organizaciones
El ingeniero originario de El Oro, Estado de México, explicó que el acercamiento que tuvo con una de las organizaciones más importantes y reconocidas a nivel mundial en materia espacial fue de joven, cuando realizaron un recorrido por su municipio. Si bien no le fue permitido sumarse en ese momento, sería décadas después que la oportunidad le sería dada en una especie de pacto con el destino.
Con un espectrómetro de masa se puede verificar la hermeticidad que tienen los objetos y básicamente evitar filtraciones, que hay dispositivos que por su naturaleza no pueden permitir la entrada o salida de agentes extraños que comprometan el funcionamiento y la seguridad de quienes los operan, como fue el caso de un traje espacial en el que colaboró con sus conocimientos.
Operaciones al exterior
Expresó que este tipo de análisis son fundamentales para elevar el margen de maniobra de los tripulantes, ya que con la tecnología anterior les era más complicado, en especial cuando tienen que hacer operaciones al exterior.
Su trabajo básicamente consistió en medir la hermeticidad a un nivel que impidiera el paso de rayos cósmicos que pueden ser dañinos para el hombre, una contribución que dice es pequeña en relación a todo lo que conlleva un viaje tripulado, pero mayúscula en el beneficio científico que se deja a la humanidad.
Una trayectoria que supera los 25 años
La carrera de Alejandro Ruiz comenzó en el norte del país como ingeniero, posteriormente fue llevado a Estados Unidos a una capacitación y así fue creciendo hasta consolidarse entre la comunidad.
Él ve en su profesión múltiples aplicaciones que van desde lo alimenticio, hasta lo aeronáutico, atravesando por lo médico y lo automovilístico. Sobre este último ramo, comentó que la empresa TESLA del físico y magnate multimillonario Elon Musk, requirió de sus servicios para el desarrollo de un sistema de enfriamiento de baterías, elemento fundamental para el tipo de productos que ofrecen.
También es una de las mentes detrás de pruebas de semiconductores y microchips, además de que puede sumar a su experiencia la conservación del que podría ser considerado uno de los documentos más importantes de Estados Unidos.
Pisar la luna, un sueño
El más grande sueño de este mexiquense es pisar la luna por su propio pie y aunque considera que es inalcanzable a sus 52 años, esa voluntad será heredada a sus hijos y nietos. No obstante, su contribución forma parte de las obras que pronto llegarán a la estratósfera y más allá.
Su realidad no está vinculada a la ciencia y el desarrollo, sino también en el gusto que tiene por las motocicletas, las cuales rueda desde hace cinco años y emplea para despejarse. Hoy representa en América Latina a una empresa sueca y lo que más desea es que haya oportunidades para los jóvenes mexicanos, para que pronto ellos puedan ocupar más espacios y que el ingenio no pare.
“Hay muchos talentos, pero desafortunadamente la falta de oportunidades hace que esos talentos se mueran con todas sus ideas y todo lo que traen en la cabeza… Hay muchos niños ahorita en su proceso de formación académica, yo lo único que les diría es que vean más allá de lo que estamos acostumbrados a ver, sean competitivos”.