Mundo.- A pesar de la pandemia de coronavirus, al papa Francisco, que cumplirá en breve 84 años, no se le había visto con la recomendada mascarilla hasta hoy, cuando los fotógrafos capturaron por primera vez la imagen del pontífice que viajaba con la protección en el coche y se la quitaba para acudir a la audiencia general.
Rigurosamente de tela blanca, así es la mascarilla con la que también se protege el papa Francisco.
El pontífice argentino se la quitó al salir del coche a su llegada al patio de san Dámaso, en el interior del palacio pontificio, donde desde el pasado miércoles se celebran las audiencias generales con fieles tras el parón de seis meses debido a la pandemia.
Después de quitarse la mascarilla, el papa evitó estrechar las manos y besar a los niños, como hacía antes en la inmensa plaza de San Pedro.
En ninguna de sus salidas del Vaticano durante estos meses para visitar algunas iglesias, el papa Francisco había llevado mascarilla, a pesar de que en el Vaticano también se registraron una docena de casos.
Después, Francisco, sin mascarilla, se detuvo a saludar, manteniendo la distancia, a los cerca 500 fieles que pueden acudir a esta nueva modalidad de audiencias generales.
Los fieles sí que llevan la mascarilla y están sentados en sillas puestas a la debida distancia de seguridad.
Antes de iniciar su catequesis, el papa tuvo incluso que llamar la atención a los fieles, que se agolpaban a su paso, para que se distanciasen.
«¡No se amontonen aquí! Todos en su silla, para evitar contagios», el papa abrió la audiencia general de hoy.
Antes de comenzar su catequesis y después de estrechar la mano a los prelados que participaban en la audiencia, Francisco recomendó sonriendo a la multitud volver «cada uno a su silla» para «evitar los contagios».
Desde el inicio de la epidemia, el papa parece poco ansioso por su propia salud, apareciendo sistemáticamente sin mascarilla al recibir a sus visitantes en el interior del palacio apostólico, aunque recibe muchos menos grupos que antes.
Papa critica a quien quiere adueñarse de vacunas
El papa Francisco criticó hoy a quienes quieren apropiarse de las vacunas y sacar ventajas políticas y económicas de la pandemia del coronavirus que afecta al mundo, y pidió a políticos y sociedades que fomenten el bien común.
«La crisis que estamos viviendo a causa de la pandemia golpea a todos; podemos salir mejores si buscamos todos juntos el bien común. Si no saldremos peor», dijo Francisco en la audiencia general, celebrada en el patio de San Dámaso, en el interior del palacio pontificio, y no en la plaza de San Pedro o en el Aula Pablo VI, como era habitual antes de la emergencia.
«Lamentablemente, asistimos al surgimiento de intereses partidistas. Por ejemplo, hay quien quisiera apropiarse de posibles soluciones, como en el caso de las vacunas. Algunos aprovechan la situación para fomentar divisiones: para buscar ventajas económicas o políticas, generando o aumentando conflictos. Otros simplemente no se interesan por el sufrimiento de los demás, pasan por encima y van por su camino», añadió.
Francisco señaló que «la respuesta cristiana a la pandemia y a las consecuentes crisis socio-económicas» debe basarse en un amor que fructifique «a las familias y las amistades», pero también «las relaciones sociales, culturales, económicas y políticas» para «construir una ‘civilización del amor'».
«Sin esta inspiración, prevalece la cultura del egoísmo, de la indiferencia, del descarte», argumentó.
Justificó que «un virus que no conoce barreras, fronteras o distinciones culturales y políticas debe ser afrontado con un amor sin barreras, fronteras o distinciones» porque así se podrán construir «estructuras sociales» que animen a la gente a compartir y no a competir, a «incluir a los más vulnerables y no descartarlos».
Apostó por valores como «la creatividad, la confianza y la solidaridad» y rechazó el egoísmo, «ya sea de personas, empresas o naciones», que no permitirá al mundo salir «de la crisis humana y social que el virus ha resaltado y acentuado».
Fuente:
El Universal